Día 7.-Provincia de
Fujian
26 de diciembre, 2009
No apuntan al cielo como los rascacielos, ni tienen
la tecnología de los grandes corporativos, tampoco se les encuentra en las
modernas metrópolis, aún así, los tulous de la provincia de Fujian sorprenden hasta
el más citadino.
Tras haber viajado dos horas en autobús, desde el
municipio de Xiamen, observé que el camino comenzaba a transformarse. El
paisaje urbano se iba quedando atrás y en su lugar aparecían verdes valles
adornados con árboles de bambú, plátano
y naranja. Hacía frío. La temperatura había descendido drásticamente desde la
mañana.
Acurrucada en mi asiento, vislumbré algunas viviendas
rústicas, eran la primera pista de lo nos esperaba cuesta arriba. Su estilo me
recordó el de las casas que hay en algunos estados de la República Mexicana:
paredes de adobe, puertas y ventanas de madera, techo a dos aguas con tejas
desteñidas por el paso del tiempo.
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Foto: Gabriela Becerra |
De repente, varios tulou aparecieron ante mis ojos de
un solo golpe. El autobús paró en un mirador que se encuentra a más de mil
metros de altura sobre el nivel del mar, donde por fin pude contemplar con
detenimiento la belleza de estas construcciones.
Tenía ante mis ojos el conjunto habitacional Tian luo
keng, el cual está conformado de cuatro grandes estructuras circulares y de una
cuadrada al centro. A este lugar se le ha denominado "cuatro platos y una
sopa".
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Los redondos asemejan los platos y el cuadrado el recipiente de la sopa. Foto: Gabriela Becerra | |
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La más vieja de las edificaciones data de 1354 y
actualmente viven en ella 380 personas, que pertenecen a la familia de apellido
Huang.
Los tulou son las viviendas típicas de la zona montañosa
del distrito de Niajing, y tienen su origen en la cultura de los hakka, aunque
no fueron los únicos que las construyeron.
La mayoría de ellas tienen entre tres y cuatro pisos.
Por cuestiones de seguridad, las ventanas de madera se colocaban a partir del
tercero.
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Foto: Gabriela Becerra |
A los tulou les encontré parecido con los estadios de
fútbol. Sus techos están semicerrados para ventilarlos y permitirles la entrada
de la luz, y pueden ser cuadrados o redondos.
Sus paredes tienen de uno a dos metros de ancho, con
la finalidad de soportar gran peso, y fueron construidas con una mezcla de
arcilla, arena, cal, agua con claras de huevo, azúcar morena y un líquido
espeso obtenido de una variedad de arroz, que en China se conoce como “arroz
pegajoso”, el cual es utilizado como agente adhesivo.
Este es sólo uno de los siete procesos que existen
para construir un tulou, y se dice que para edificar un solo piso se requiere de
un año.
También las ramas del abeto, un árbol extremadamente
robusto y difícil de pudrir, se emplearon en la construcción de estas viviendas
para sustituir los armazones de acero, lo que ha permitido que las paredes se
mantengan intactas después de muchos siglos.
Desde el mirador sólo podía admirar la estructura de
los tulou, pero me mataba la curiosidad de conocerlos por dentro, saber cómo se
vivía en ellos. No tuve que esperar mucho. A quince minutos estaba el tulou
Yuchanglou, también conocido como “Torre inclinada”.
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Foto: Ana Wei | | | | | | | | | | | |
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Foto: Gabriela Becerra |
Entré por la única puerta que tienen estos grandes
edificios. En su interior todo estaba hecho de madera, tanto las habitaciones
como los pasillos. Los cuartos ubicados en el primer piso se utilizan como
cocinas, los del segundo como graneros, y los que están en los últimos tres
pisos como dormitorios y salas de estar.
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Foto: Gabriela Becerra |
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Foto: Gabriela Becerra |
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Foto: Gabriela Becerra |
En el tulou Yuchanglou habitan 120 personas
pertenecientes a 22 familias de cinco apellidos diferentes. Se construyó en 1308,
por lo que es el más antiguo de los tulou en buenas condiciones. Los que están
en ruinas tienen mil 200 años de antigüedad.
Pero, ¿de dónde nació la idea de construirlos de esta
forma? Los hakkas, un subgrupo étnico de la dinastía Han, optaron por vivir en
comunidades compactas ante la hostilidad de los nativos, y de los constantes
saqueos de los bandidos.
En julio de 2008, la Organización de las
Naciones Unidas para la
Educación, la
Ciencia y la
Cultura (UNESCO) declaró oficialmente a los tulou Patrimonio
Cultural Mundial, debido a que representan un ejemplo de la arquitectura
tradicional, que combina los hábitos de la vida comunal con las necesidades de
la defensa, a la vez que guardan equilibrio con la naturaleza.
En el distrito de Nanjing
existen 15 mil tulou, en todas sus formas y tamaños.
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Foto: Gabriela Becerra |
En los años 60 se dejaron de
construir porque el objetivo con el cual fueron creados, defenderse del
enemigo, ya no tenía sentido en esa época.
Los tulou han llamado también la atención como
escenario cinematográfico. Por eso visitamos la aldea Yun shui yao, donde se rodó la película del mismo nombre, dirigida
por el cineasta Li Yin.
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Foto: Gabriela Becerra |
Pareciera que estos pueblos mágicos fueron
construidos con la intención de funcionar como sets cinematográficos, pues todo
está naturalmente dispuesto: viviendas típicas de bella arquitectura, ríos,
montañas, y gente que va y viene haciendo sus quehaceres cotidianos. Este paisaje,
por sí mismo, es ya una película.