lunes, 2 de abril de 2012

Palacio Real de Bangkok: una ciudad sacada de un cuento de hadas

Sábado 10 de marzo, 2012


Nuestro paseo por la ciudad de Bangkok lo iniciamos con el plato fuerte: una visita al Palacio Real,
el conjunto arquitectónico más importante de la capital de Tailandia.
La entrada costó 200 bahts (aproximadamente un dólar equivale a 30 bahts)
Foto: Juan Carlos Zamora

 Decenas de templos y recintos de vivos colores,
donde el dorado destaca e imprime suntuosidad,
nos invitaron a lanzar cientos de disparos fotográficos.
Foto: Juan Carlos Zamora

Durante 150 años este complejo fue la residencia del rey. Y aunque no lo habita más,
se celebran en él algunas ceremonias de coronación, matrimonios,
banquetes de estado o funerales. Foto: Gabriela Becerra

Estos palacios de gran belleza parecen haber sido sacados de un cuento de hadas,
de esos que siempre tienen un final feliz. En cualquier punto donde
la mirada se pose es sorprendida por un color, un detalle o una figura.
Foto: Gabriela Becerra


El templo Wat Phra Kaew es el recinto más importante de todo el complejo arquitectónico,
pues resguarda al Buda Esmeralda, la deidad más venerada de Tailandia,
tallada en una sola pieza de jade. En su interior no se permite tomar fotos,
pero logramos captar una imagen al pie de la entrada. Foto: Juan Carlos Zamora


Esculturas de garudas, como se les conoce a estas figuras mitológicas que son una mezcla
entre seres humanos y pájaros, adornan las paredes laterales del templo.
Foto: Gabriela Becerra

El Buda Esmeralda está protegido por pares de gigantes que custodian
 cada una de las seis puertas de la muralla que protege el templo
 Wat Phra Kaew. Foto: Gabriela Becerra

Por cuestiones de respeto, para entrar al recinto donde está el Buda Esmeralda los visitantes deben descalzarse,
no apuntar con las plantas de los pies hacia la deidad y llevar ropa adecuada, es decir, cero escotes,
hombros descubiertos y pantalones cortos, esto último aplica también para los hombres.
Foto: Gabriela Becerra
  
Ni los sofocantes e intensos rayos del sol, que después de tres horas habían logrado deshidratarnos
y quemar nuestros rostros, evitaron que pasáramos por alto esta bella torre, cuya campana sólo
se toca en ocasiones especiales. Foto: Gabriela Becerra


El campanario está decorado de forma exquisita, con detalles llenos de colorido y texturas.
Foto: Gabriela Becerra

Esculturas de Pranorn Puggsa, ser mitológico mezcla de
mono y pájaro, llenan de magia y misticismo el lugar.
Foto: Gabriela Becerra

Personajes mitológicos, ataviados con trajes hechos de vidrios multicolores, rodean una pagoda dorada,
la cual sostienen con sus brazos. Foto: Juan Carlos Zamora
  
Una de las estructuras que más sorprenden es el Phra Siratana Chedi, un edificio con forma de
campana que deslumbra por su magnificencia y por el reflejo de los rayos del sol
en su estructura recubierta en oro. Foto: Juan Carlos Zamora

El edificio Chakri Mahaprasad Hall llama la atención por su combinación de estilo renacentista italiano
con la arquitectura tailandesa tradicional. Por cierto, si al final del recorrido no quieren terminar con los ojos
y la piel quemada por el sol, deshidratados y con sarpullido en la piel, usen un buen bloqueador solar,
gafas con protección UV, sombrero y compren agua antes de entrar porque el sol cae a plomo.
Foto: Gabriela Becerra

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