viernes, 27 de abril de 2012

Las diversas formas en que se trasladan los tailandeses

Primera parte

No, la foto no está al revés. En Tailandia el volante va del lado derecho y se conduce por el carril de la izquierda. La imagen es del interior de un taxi en Bangkok, cuya tarifa inicial o banderazo es de 35 bahts.
Foto: Juan Carlos Zamora
 

En Bangkok los taxis oficiales son de colores vivos. Se debe exigir siempre el cobro con taxímetro, porque a veces hay abusos con los turistas.
Foto: Gabriela Becerra



Casi todos los taxistas de Bangkok hablan inglés, aunque sea palabras básicas, y suelen ser amables. Pero, ojo, algunos se valen de esa amabilidad para abusar. A nosotros un conductor nos “paseó” durante casi una hora, hasta que nos dimos cuenta gracias a un sistema de GPS.
Foto: Gabriela Becerra
  

 
Un transporte típico de Tailandia  es el tuk-tuk. Tratamos de evitarlos a toda costa porque nos advirtieron que abusan de los extranjeros, pues los llevan a destinos no solicitados o cobran muy caro.
Foto: Gabriela Becerra


Aún así, decidimos tomar uno en Bangkok para no dejar pasar la experiencia. El conductor nos ofreció varios paquetes turísticos, pero se molestó cuando rechazamos su oferta. Por cierto, el precio del tuk-tuk se negocia antes con el conductor, y hay que regatear. Foto: Juan Carlos Zamora



Los autobuses urbanos en Bangkok son de colores vivos, al igual que los taxis. Los más modernos llevan aire acondicionado. Foto: Gabriela Becerra




En cambio, los más económicos tienen ventilación natural porque… ¡no tienen cristales a los lados! Foto: Gabriela Becerra


Como en muchas ciudades del mundo, el metro permite conocer parte de la vida cotidiana de su gente. Nos llamó mucho la atención la diversidad de fisonomías de los tailandeses. Foto: Gabriela Becerra 


  

 Lo más curioso es que en lugar de boletos o tarjetas se utilizan fichas de plástico con chip para ingresar. Se pueden adquirir tanto en taquillas como en máquinas automáticas. Foto: Gabriela Becerra





















































lunes, 23 de abril de 2012

Wat Arun, la joya que vigila el río Chao Phraya

12 de marzo, 2012

Lo que sobra en la ciudad de Bangkok son templos, así que en nuestro tercer día de viaje por Tailandia decidimos visitar uno más, el Wat Arun. Aunque era lunes estaba abierto, a pesar de que es habitual que cierren los museos y recintos histórico-culturales ese día.

Foto: Gabriela Becerra

Por 50 bahts pudimos admirar uno de los templos más bellos de Bangkok que se distingue de otros por varias razones: casi no hay turistas, muestra en sus texturas y colores el paso del tiempo porque no tiene tantas restauraciones, y el dorado está ausente.

Foto: Gabriela Becerra

Wat Arun significa Templo de la Aurora o del Amanecer y fue uno de los primeros recintos religiosos donde “vivió” el Buda Esmeralda, el más venerado de Tailandia, del cual les hablé en otra entrada dedicada a este viaje.

Foto: Gabriela Becerra

El Wat Arun tiene varios atractivos, uno de ellos es su pagoda principal de 82 metros de altura, la más alta de Bangkok, y desde donde se puede ver el río Chao Phraya.

Foto: Juan Carlos Zamora

Al punto más alto de la torre se puede llegar a través de una escalera que a más de un visitante hace dudar en subir…o bajar, porque de sólo ver lo empinada que está y sus estrechos escalones da vértigo.

Por cierto, esta torre representa al monte Merú, ubicado en Tanzania, y considerado sagrado en varias culturas.

Foto: Gabriela Becerra

El templo Wat Arun es de estilo Khmer, como se llama la etnia mayoritaria de Camboya, lo que demuestra cómo este país ha influido arquitectónicamente en su vecino.

Arun se encuentra a orillas del río Chao Phraya, el más importante de Tailandia, y se puede llegar a él también por medio de embarcaciones públicas.
Foto: Gabriela Becerra

No sólo la influencia de Camboya en Tailandia es lo que se puede observar en este templo, sino también la que tuvieron países como China e India.

Las diferentes pagodas que se encuentran en el Wat Arun están decoradas con trocitos de porcelana china.

Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra


En tanto, el sello de la India lo podemos encontrar en las esculturas de la mitología hindú.

Foto: Gabriela Becerra


Foto: Gabriela Becerra
Al igual que el Palacio Real y el templo Wat Pho, la decoración del Wat Arun es rica en detalles y colores.

Foto: Gabriela Becerra

Con la visita a este recinto religioso concluimos nuestro paseo por Bangkok, la capital de Tailandia. Los siguientes días estaban destinados a disfrutar de sus playas en la isla Phuket y la provincia de Krabi.

A Bangkok sólo regresamos seis días después para tomar el avión de regreso a la ciudad de Beijing.

Foto: Juan Carlos Zamora

Las cosas que no puedes dejar de hacer o ver en Tailandia

Cada país tiene ciertas características que lo hacen único, que le dan un sello personal.

Observar esos rasgos distintivos y vivirlos nos ayuda a comprender mejor una cultura, integrarnos a ella, incluso, cuestionarla.

En mi viaje a Tailandia hubo muchas cosas que llamaron mi atención, les comparto algunas.

Altares al rey

Foto: Gabriela Becerra
Una de las cosas que más me sorprendió ver en Bangkok fue la cantidad de“altares” en honor al Rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, que este año cumplirá 65 años en el poder.

Digo altares porque su imagen, la mayoría de las veces colocada en repisas de madera, es adornada con flores y banderas.

Foto: Gabriela Becerra

Al ver su fotografía por todos lados, imaginé que tal vez el rey era muy querido entre su pueblo, incluso pensé que se debía en parte a la austeridad y humildad que reflejaba, más tarde me enteré que se debe a una campaña, muy bien orquestada desde su gobierno, para proyectar una imagen de padre justo, trabajador y austero.

También descubrí que de austero no tiene nada, es el miembro de la realeza más rico del mundo, según la revista Forbes. Además, existen en Tailandia leyes que convierten en delito cualquier mención del rey que no sea para elogiarlo.


Tai Boxing

Foto: Gabriela Becerra

De las cosas que más disfruté en Bangkok fue asistir a una función de Muay Tai, que se conoce como Tai Boxing. No imaginé que alrededor de una pelea hubiera rituales tan interesantes. Por ejemplo, antes de iniciar el combate, los contrincantes juntan sus manos e inclinan ligeramente la cabeza en cada una de las esquinas del ring.

Una banda de música en vivo y el alboroto que los aficionados hicieron con las apuestas le dieron un ambiente especial al combate.

Foto: Gabriela Becerra
Por mil baths, hay boletos más caros y baratos, disfruté de más de seis peleas en casi tres horas.

 Masajes


Foto: Juan Carlos Zamora

Ironías de la vida. Llevo casi tres años viviendo en China y nunca me había dado un masaje, a pesar de que abundan por todas partes y son muy baratos. En Tailandia no podía dejar pasar la oportunidad y me dieron uno al estilo tai.

El masaje estilo tai es rudo. El masajista utiliza todo su cuerpo para presionar ciertas partes del tuyo. En algunas ocasiones parece que te está haciendo “manita de puerco” o la “quebradora”, como se dice en la lucha libre de México.


Foto: Juan Carlos Zamora

Las casas de masaje abundan tanto en Bangkok como en las playas. Los precios varían de acuerdo al tipo de masaje, pero uno estilo tai oscila entre los 150 y los 300 baths por hora. 

Altares budistas

Foto: Gabriela Becerra
El 95 por ciento de los tailandeses son budistas, y su culto a buda no se limita a los suntuosos y bellos templos sino que también se expresa en las calles.


Foto: Gabriela Becerra


Tanto en Bangkok como en la provincia de Krabi y Phuket, la mayor isla de Tailandia, pude observar cientos de altares en las calles y comercios, en los cuales se colocan ofrendas con alimentos y se adornan con flores amarillas.
  
Foto: Gabriela Becerra
 

Los baños


Así como los países occidentales compartimos ciertos rasgos culturales, las naciones asiáticas también, uno de ellos es la forma de hacer del baño.

Aunque no todas, muchas de estas culturas siguen utilizando sanitarios tipo letrinas, en donde hay que entrenar bien las piernas para sostenerse.

Foto: Gabriela Becerra

















viernes, 13 de abril de 2012

Los mercados flotantes de Tailandia, un festín de sabores y color

Domingo 11 de marzo, 2012


México y Tailandia se parecen mucho en diversos aspectos, pero uno de los que me hizo viajar directamente de la ciudad de Bangkok hasta las trajineras de Xochimilco, en la Ciudad de México, fue su mercado flotante Taling Chan.
Foto: Gabriela Becerra
Hace muchos años estas dos ciudades estuvieron rodeadas por una gran cantidad de agua.

Ríos, lagos y canales fueron de vital importancia para el desarrollo de su producción agrícola, la comercialización de sus productos y como medio de transporte.

Años más tarde la urbanización acabó casi con todo esto y hoy los canales se utilizan, principalmente en la Ciudad de México, como sitios turísticos.

Foto: Gabriela Becerra
Algunos de los mercados flotantes de la ciudad de Bangkok han logrado sobrevivir.

En algunos vecindarios que se asientan a las orillas del río Chao Phraya, el más importante de Tailandia, todavía hay muchas amas de casa que se abastecen de frutas y verduras frescas de bajo precio, con tan sólo asomarse al río.

Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra

Aquel domingo 11 de marzo desistimos de conocer el mercado flotante Damneon Saduak, el más grande de Bangkok, porque leímos que cientos de turistas lo saturaban, lo que había hecho que perdiera su autenticidad; además, estaba como a 90 kilómetros al oeste de la ciudad, casi a dos horas de camino.

Huyendo de la aglomeración y buscando un poco de autenticidad llegamos al mercado Taling Chan, que se encuentra del lado Thonburi del río Chao Pharaya.

Se trata de un muelle sobre el cual se colocan mesas para los comensales y alrededor atracan pequeñas embarcaciones que funcionan como cocinas y ofrecen comidas típicas.

Foto: Gabriela Becerra


Aunque vimos a uno que otro extranjero por ahí, la mayoría eran tailandeses
que iban en familia a desayunar.

Foto: Gabriela Becerra
Foto: Gabriela Becerra

Aunque nos hubiera gustado dar un paseo en bote entre los comerciantes que ofrecen frutas, plantas y comida, como se hace en el mercado flotante Damneon Saduak, preferimos un poco de tranquilidad y cercanía.

Además, para andar entre lanchas chocando unas con otras tengo mucho Xochimilco, y con mariachis.

Foto: Gabriela Becerra
Si bien es cierto que los klongs, como se les llama en tailandés a los canales, han dejado de ser lo que eran, los mercados flotantes que aún sobreviven a los grandes centros comerciales nos permitieron sumergirnos en la cultura de Bangkok y su modo de vida de antaño.

Sin duda, una experiencia que no podíamos perdernos en nuestro viaje a Tailandia.

Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra

miércoles, 4 de abril de 2012

El Templo Wat Pho, el hogar de un gigante buda recostado

Sábado 10 de marzo, 2012


Había caído la tarde cuando terminamos de visitar el Palacio Real, y como a poca distancia
se encontraba el templo Wat Pho, otro de los más visitados en Bangkok,
decidimos aprovechar el primer día en la ciudad para conocerlo.
Foto Gabriela Becerra


Colores intensos, palacios decorados con miles de vidrios multicolores, decenas de budas dorados,
y pagodas de distintos tamaños y dimensiones, le dan un sello personal. Foto: Gabriela Becerra



El complejo arquitectónico fue una de las primeras universidades de Tailandia. Hoy día, es uno de los más
prestigiosos centros de medicina tradicional, en el cual se puede disfrutar de un masaje estilo tailandés 
o aprender la técnica para dar uno. Foto: Juan Carlos Zamora
  
Entre todos los budas que se encuentran en este templo el más
importante es el Buda Reclinado, es él quien atrae a miles de visitantes
 cada año. Mide 15 metrosde altura y 46 metrosde largo, y es la estatua
 de buda reclinado más grande de Tailandia.
Foto: Gabriela Becerra

Este buda que desde su lecho observa plácidamente a decenas
de visitantes ir y venir, está recubierto de pan de oro, una
lámina muy fina de oro batido usado tradicionalmente
 para decorar objetos artísticos. Foto: un chico
 amable que también visitó a buda

En la planta de sus pies el Buda Reclinado tiene 108 lakshanas, es decir, una serie de atributos
o cualidadesque le
distinguen del resto de los mortales.
Foto: Gabriela Becerra

 Las lakshanas de este buda están hechas con incrustaciones de madreperla.
Foto: Gabriela Becerra

En los templos tailandeses todo es digno de retratar. Cada rincón ofrece algo nuevo
que justifica llevarse una foto más a casa. Foto: Gabriela Becerra

Trabajos tan meticulosos como este adornan las distintas pagodas y recintos del templo Wat Pho.
Foto: Gabriela Becerra


Aunque flores de vivos colores predominan en el recinto, podemos encontrar
algunos animales mitológicos, como estos que estaban muy escondiditos.
Foto: Gabriela Becerra


Los recintos y esculturas que conforman el Palacio Real y el Templo Wat Pho me sumergieron literalmente en un cuento de hadas. Era tan sólo el primer día de viaje por Tailandia y ya me había dado un festín de colores y arquitectura.

El saldo negativo de la visita: manchas de sol en la cara, sarpullido en los brazos, ojos quemados y un tremendo cansancio al final del día, todo por no protegerme adecuadamente de los intensos rayos del sol.