domingo, 28 de octubre de 2012

Lo que el mar le trajo a la ciudad de Quanzhou


 Día 8.- Ciudad de Quanzhou

 27 de diciembre, 2009

Para los pueblos costeros, el mar es una puerta que siempre permanece abierta y llena de sorpresas. Por ahí han visto entrar ideologías, religiones, mercancías, enemigos y grandes personajes históricos que, para bien o mal, les transforman su entorno.

La gente de Quanzhou lo sabe bien porque su presente está fuertemente relacionado con su tradición marítima.

Esta ciudad se encuentra en la provincia de Fujian, al sur de China, a donde llegué luego dos horas de viaje en carretera, desde Xiamen.



El puerto de Quanzhou tiene larga historia, y ha sido de suma importancia para impulsar el desarrollo regional y el intercambio con el exterior.

Estando ahí me pregunté cómo habría sido el ambiente comercial del siglo XIII, cuando fue uno de los mejores puertos del mundo. Me pregunté cómo habrían sido las monedas, los navíos, la negociación en diferentes idiomas, los vestidos, la comida y el hospedaje para los extranjeros, así como el precio de las mercancías que se vendían por entonces: seda, jade, pieles, alfombras, alfarería, cornamentas de ciervos, caballos y piedras preciosas.

Traté de imaginar las aventuras de los comerciantes en medio de la mar, cómo se las arreglaban cuando hacía mal tiempo, cuando estaban extraviados o cuando tenían que defender la mercancía de los piratas.

Desde los tiempos de la dinastía Han, que gobernó del año 206 aC al 220 dC, las costas sureñas de China ya eran centros de construcción naval y producción de seda, lo que generó las condiciones sociales y materiales para el desarrollo del comercio marítimo.

Posteriormente, con la Ruta de la Seda, una red de vías comerciales que unía a China con Asia Central y Europa, no sólo se realizaron intercambios de mercancías, sino que hubo una gran retroalimentación cultural y se propagaron grandes religiones.

Desde que se abrió la ruta marítima de la seda, los mercaderes persas y árabes tuvieron gran presencia en Quanzhou. Incluso, hoy en día, el islamismo es una religión con fuerte influencia en la ciudad.

Muestra de ello es la mezquita de Qingjing y las tumbas musulmanas de Quanzhou. La mezquita es una de las cuatro principales de la zona costera de China suroriental y se construyó en 1009.
  
Foto: Gabriela Becerra
 
Su diseño arquitectónico y estilo está inspirado en la Gran Mezquita de Damasco, en Siria, lo que las hace el par de mezquitas más antiguas que sobrevivenenen, en su forma original, en el siglo XXI.

Foto: Gabriela Becerra

Foto: Ana Wei

domingo, 14 de octubre de 2012

Tuluos, el tesoro arquitéctonico que esconden las montañas de Fujian


Día 7.-Provincia de Fujian

26 de diciembre, 2009

No apuntan al cielo como los rascacielos, ni tienen la tecnología de los grandes corporativos, tampoco se les encuentra en las modernas metrópolis, aún así, los tulous de la provincia de Fujian sorprenden hasta el más citadino.

Tras haber viajado dos horas en autobús, desde el municipio de Xiamen, observé que el camino comenzaba a transformarse. El paisaje urbano se iba quedando atrás y en su lugar aparecían verdes valles adornados con árboles de bambú,  plátano y naranja. Hacía frío. La temperatura había descendido drásticamente desde la mañana.

Acurrucada en mi asiento, vislumbré algunas viviendas rústicas, eran la primera pista de lo nos esperaba cuesta arriba. Su estilo me recordó el de las casas que hay en algunos estados de la República Mexicana: paredes de adobe, puertas y ventanas de madera, techo a dos aguas con tejas desteñidas por el paso del tiempo. 

Foto: Gabriela Becerra

De repente, varios tulou aparecieron ante mis ojos de un solo golpe. El autobús paró en un mirador que se encuentra a más de mil metros de altura sobre el nivel del mar, donde por fin pude contemplar con detenimiento la belleza de estas construcciones.

Tenía ante mis ojos el conjunto habitacional Tian luo keng, el cual está conformado de cuatro grandes estructuras circulares y de una cuadrada al centro. A este lugar se le ha denominado "cuatro platos y una sopa". 

Los redondos asemejan los platos y el cuadrado el recipiente de la sopa. Foto: Gabriela Becerra 

 
La más vieja de las edificaciones data de 1354 y actualmente viven en ella 380 personas, que pertenecen a la familia de apellido Huang.

Los tulou son las viviendas típicas de la zona montañosa del distrito de Niajing, y tienen su origen en la cultura de los hakka, aunque no fueron los únicos que las construyeron.

La mayoría de ellas tienen entre tres y cuatro pisos. Por cuestiones de seguridad, las ventanas de madera se colocaban a partir del tercero.

Foto: Gabriela Becerra
 
A los tulou les encontré parecido con los estadios de fútbol. Sus techos están semicerrados para ventilarlos y permitirles la entrada de la luz, y pueden ser cuadrados o redondos.

Sus paredes tienen de uno a dos metros de ancho, con la finalidad de soportar gran peso, y fueron construidas con una mezcla de arcilla, arena, cal, agua con claras de huevo, azúcar morena y un líquido espeso obtenido de una variedad de arroz, que en China se conoce como “arroz pegajoso”, el cual es utilizado como agente adhesivo.

Este es sólo uno de los siete procesos que existen para construir un tulou, y se dice que para edificar un solo piso se requiere de un año.

También las ramas del abeto, un árbol extremadamente robusto y difícil de pudrir, se emplearon en la construcción de estas viviendas para sustituir los armazones de acero, lo que ha permitido que las paredes se mantengan intactas después de muchos siglos.

Desde el mirador sólo podía admirar la estructura de los tulou, pero me mataba la curiosidad de conocerlos por dentro, saber cómo se vivía en ellos. No tuve que esperar mucho. A quince minutos estaba el tulou Yuchanglou, también conocido como “Torre inclinada”. 

Foto: Ana Wei           

Foto: Gabriela Becerra

Entré por la única puerta que tienen estos grandes edificios. En su interior todo estaba hecho de madera, tanto las habitaciones como los pasillos. Los cuartos ubicados en el primer piso se utilizan como cocinas, los del segundo como graneros, y los que están en los últimos tres pisos como dormitorios y salas de estar.

Foto: Gabriela Becerra

 
Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra

En el tulou Yuchanglou habitan 120 personas pertenecientes a 22 familias de cinco apellidos diferentes. Se construyó en 1308, por lo que es el más antiguo de los tulou en buenas condiciones. Los que están en ruinas tienen mil 200 años de antigüedad.

Pero, ¿de dónde nació la idea de construirlos de esta forma? Los hakkas, un subgrupo étnico de la dinastía Han, optaron por vivir en comunidades compactas ante la hostilidad de los nativos, y de los constantes saqueos de los bandidos.

En julio de 2008, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró oficialmente a los tulou Patrimonio Cultural Mundial, debido a que representan un ejemplo de la arquitectura tradicional, que combina los hábitos de la vida comunal con las necesidades de la defensa, a la vez que guardan equilibrio con la naturaleza.

En el distrito de Nanjing existen 15 mil tulou, en todas sus formas y tamaños. 

Foto: Gabriela Becerra
 
En los años 60 se dejaron de construir porque el objetivo con el cual fueron creados, defenderse del enemigo, ya no tenía sentido en esa época.

Los tulou han llamado también la atención como escenario cinematográfico. Por eso visitamos la aldea Yun shui yao, donde se rodó la película del mismo nombre, dirigida por el cineasta Li Yin.

Foto: Gabriela Becerra
 
Pareciera que estos pueblos mágicos fueron construidos con la intención de funcionar como sets cinematográficos, pues todo está naturalmente dispuesto: viviendas típicas de bella arquitectura, ríos, montañas, y gente que va y viene haciendo sus quehaceres cotidianos. Este paisaje, por sí mismo, es ya una película.

lunes, 8 de octubre de 2012

Gulangyu, una isla de China con toque occidental


Día 6.- Isla Gulangyu

25 de diciembre, 2009

Era el amanecer de Navidad, el día estaba nublado. En el puerto del municipio de Xiamen, ubicado en la provincia costera de Fujian, al sur de China, abordamos el barco que nos llevaría a la isla Gulangyu, a menos de un kilómetro de distancia.
 
Al bajar de la embarcación, me hormigueaban los pies de la ansiedad por recorrer las estrechas calles de esta isla que parece haber sido sacada de un cuento y en donde solamente viven 16 mil 200 personas, dedicados principalmente al turismo.

Foto: Gabriela Becerra

No había caminado más de un kilómetro cuando me topé con un parque de esculturas que representan parte de la vida social de la isla, como la señora que carga al niño, la familia que toma el té, el pescador en su lancha y el barbero platicando con su cliente mientras le corta el pelo.
 

Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra
 
Sobre el mismo camino llegué a la orilla del mar, justo donde está la piedra que le dio nombre a la isla. Cuando sube la marea las olas golpean la gran roca, produciendo un sonido parecido al del tambor. Gu (鼓) en mandarín significa tambor, y lang (浪) olas. Gulangyu se traduce entonces como el tambor que es tocado por las olas.

A medida que me adentraba en la calles parecía estar alejándome de China, pues las construcciones que salían a mi paso eran de estilo europeo. Más tarde me enteré que, tras el tratado de paz entre el Imperio Británico y la Dinastía Qing,que puso fin a la Primera Guerra del Opio en 1842, 13 países occidentales construyeron aquí consulados, iglesias y hospitales.

La mezcla de arquitecturas es lo que le da encanto a la isla. En este pequeño pueblo conviven cerca de dos mil casas de estilo francés, japonés, español, entre otros, las cuales no sólo representan una cultura, sino diferentes épocas históricas.

Foto tomada de www.whatsonxiamen.com

Pude admirar también construcciones de estilo neoclásico, barroco, romántico, gótico y victoriano que, con el paso del tiempo, se han ido deteriorando, dando como resultado una mezcla interesante de texturas y colores desteñidos.

Como las calles son tan angostas no hay autos. La isla sólo cuenta con un vehículo para recolectar la basura y otro para trasladar a los bomberos, además de siete bicicletas para repartir el correo.

Ante la ausencia de autos, una de las cosas que más llamaron mi atención fue que los productos pesados eran movilizados en un cajón de madera sostenido en dos ruedas.

Foto: Gabriela Becerra
 
En la isla Gulangyu abundan las palmeras, los bambúes y los árboles frondosos, destacando el Ficus Microcarpas, que se caracteriza por sus gruesas raíces y una especie de heno que cae de sus ramas. 
 
La cima de la montaña está coronada por la llamada Piedra del Sol, y es el punto de mayor altitud de la isla, con una altura de 92 metros sobre el nivel del mar. Desde aquí se ven las casas con sus techos de teja roja, la playa y el teleférico.


Foto tomada de www.randomwire.com/gulangyu-island

En Gulangyu no sólo hay construcciones históricas de varios estilos arquitectónicos, sino también muchos pianos.

De hecho, junto con Xiamen, llegó a ser la zona geografía con el porcentaje de pianos per cápita más alto de China, debido a que los extranjeros que ahí se instalaron en el siglo pasado se contagiaron del furor de poseer uno, al grado que Gulangyu llegó a ser conocida como “La isla de la música”. Por eso, hay un museo dedicado al instrumento, la mayoría de ellos importados de Londres.