domingo, 14 de octubre de 2012

Tuluos, el tesoro arquitéctonico que esconden las montañas de Fujian


Día 7.-Provincia de Fujian

26 de diciembre, 2009

No apuntan al cielo como los rascacielos, ni tienen la tecnología de los grandes corporativos, tampoco se les encuentra en las modernas metrópolis, aún así, los tulous de la provincia de Fujian sorprenden hasta el más citadino.

Tras haber viajado dos horas en autobús, desde el municipio de Xiamen, observé que el camino comenzaba a transformarse. El paisaje urbano se iba quedando atrás y en su lugar aparecían verdes valles adornados con árboles de bambú,  plátano y naranja. Hacía frío. La temperatura había descendido drásticamente desde la mañana.

Acurrucada en mi asiento, vislumbré algunas viviendas rústicas, eran la primera pista de lo nos esperaba cuesta arriba. Su estilo me recordó el de las casas que hay en algunos estados de la República Mexicana: paredes de adobe, puertas y ventanas de madera, techo a dos aguas con tejas desteñidas por el paso del tiempo. 

Foto: Gabriela Becerra

De repente, varios tulou aparecieron ante mis ojos de un solo golpe. El autobús paró en un mirador que se encuentra a más de mil metros de altura sobre el nivel del mar, donde por fin pude contemplar con detenimiento la belleza de estas construcciones.

Tenía ante mis ojos el conjunto habitacional Tian luo keng, el cual está conformado de cuatro grandes estructuras circulares y de una cuadrada al centro. A este lugar se le ha denominado "cuatro platos y una sopa". 

Los redondos asemejan los platos y el cuadrado el recipiente de la sopa. Foto: Gabriela Becerra 

 
La más vieja de las edificaciones data de 1354 y actualmente viven en ella 380 personas, que pertenecen a la familia de apellido Huang.

Los tulou son las viviendas típicas de la zona montañosa del distrito de Niajing, y tienen su origen en la cultura de los hakka, aunque no fueron los únicos que las construyeron.

La mayoría de ellas tienen entre tres y cuatro pisos. Por cuestiones de seguridad, las ventanas de madera se colocaban a partir del tercero.

Foto: Gabriela Becerra
 
A los tulou les encontré parecido con los estadios de fútbol. Sus techos están semicerrados para ventilarlos y permitirles la entrada de la luz, y pueden ser cuadrados o redondos.

Sus paredes tienen de uno a dos metros de ancho, con la finalidad de soportar gran peso, y fueron construidas con una mezcla de arcilla, arena, cal, agua con claras de huevo, azúcar morena y un líquido espeso obtenido de una variedad de arroz, que en China se conoce como “arroz pegajoso”, el cual es utilizado como agente adhesivo.

Este es sólo uno de los siete procesos que existen para construir un tulou, y se dice que para edificar un solo piso se requiere de un año.

También las ramas del abeto, un árbol extremadamente robusto y difícil de pudrir, se emplearon en la construcción de estas viviendas para sustituir los armazones de acero, lo que ha permitido que las paredes se mantengan intactas después de muchos siglos.

Desde el mirador sólo podía admirar la estructura de los tulou, pero me mataba la curiosidad de conocerlos por dentro, saber cómo se vivía en ellos. No tuve que esperar mucho. A quince minutos estaba el tulou Yuchanglou, también conocido como “Torre inclinada”. 

Foto: Ana Wei           

Foto: Gabriela Becerra

Entré por la única puerta que tienen estos grandes edificios. En su interior todo estaba hecho de madera, tanto las habitaciones como los pasillos. Los cuartos ubicados en el primer piso se utilizan como cocinas, los del segundo como graneros, y los que están en los últimos tres pisos como dormitorios y salas de estar.

Foto: Gabriela Becerra

 
Foto: Gabriela Becerra

Foto: Gabriela Becerra

En el tulou Yuchanglou habitan 120 personas pertenecientes a 22 familias de cinco apellidos diferentes. Se construyó en 1308, por lo que es el más antiguo de los tulou en buenas condiciones. Los que están en ruinas tienen mil 200 años de antigüedad.

Pero, ¿de dónde nació la idea de construirlos de esta forma? Los hakkas, un subgrupo étnico de la dinastía Han, optaron por vivir en comunidades compactas ante la hostilidad de los nativos, y de los constantes saqueos de los bandidos.

En julio de 2008, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró oficialmente a los tulou Patrimonio Cultural Mundial, debido a que representan un ejemplo de la arquitectura tradicional, que combina los hábitos de la vida comunal con las necesidades de la defensa, a la vez que guardan equilibrio con la naturaleza.

En el distrito de Nanjing existen 15 mil tulou, en todas sus formas y tamaños. 

Foto: Gabriela Becerra
 
En los años 60 se dejaron de construir porque el objetivo con el cual fueron creados, defenderse del enemigo, ya no tenía sentido en esa época.

Los tulou han llamado también la atención como escenario cinematográfico. Por eso visitamos la aldea Yun shui yao, donde se rodó la película del mismo nombre, dirigida por el cineasta Li Yin.

Foto: Gabriela Becerra
 
Pareciera que estos pueblos mágicos fueron construidos con la intención de funcionar como sets cinematográficos, pues todo está naturalmente dispuesto: viviendas típicas de bella arquitectura, ríos, montañas, y gente que va y viene haciendo sus quehaceres cotidianos. Este paisaje, por sí mismo, es ya una película.

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